Son muchos los poetas que han
dedicado textos a la estación de invierno que parece que se va acercando. Cada
poeta nos comunica una forma particular de aproximarse a este tiempo. Algunos
hablan de su melancolía, para otros, en cambio, el invierno es ante todo una
forma de hablar de esperanza. Durante diferentes semanas, vamos a ir repasando algunos de ellos.
Esta semana, leemos el poema de Manuel Machado que viene a definirlo como un manto sombrío
La
canción del invierno
Los días están tristes y la gente se
muere,
y cae la lluvia sucia de las nubes de plomo ...
Y la ciudad no sabe lo que le pasa, como
el pobre corazón no sabe lo que quiere.
Es el invierno, oscuro túnel, húmedo encierro
por donde marcha, a tientas, nuestro pobre convoy.
Y nos tiene amarrados a la vida de hoy,
como un amor que tira de su cadena al perro.
Luto, lluvia, recuerdo. Triste paz y luz pobre.
Cerremos la ventana a este cielo de cobre.
Encendamos la lámpara en los propios altares ...
Y tengamos, en estas horas crepusculares,
una mujer al lado, en el hogar un leño ...,
y un libro que nos lleve desde la prosa al sueño.
y cae la lluvia sucia de las nubes de plomo ...
Y la ciudad no sabe lo que le pasa, como
el pobre corazón no sabe lo que quiere.
Es el invierno, oscuro túnel, húmedo encierro
por donde marcha, a tientas, nuestro pobre convoy.
Y nos tiene amarrados a la vida de hoy,
como un amor que tira de su cadena al perro.
Luto, lluvia, recuerdo. Triste paz y luz pobre.
Cerremos la ventana a este cielo de cobre.
Encendamos la lámpara en los propios altares ...
Y tengamos, en estas horas crepusculares,
una mujer al lado, en el hogar un leño ...,
y un libro que nos lleve desde la prosa al sueño.
Manuel
Machado
(1874-1947)
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