Esta semana leemos un poema de Ángel González en el que podemos comprobar la sencillez de su estilo, ya que como él mismo decía: " Siempre pretendí la sencillez, al principio fue de una manera no
consciente, pero insisto, creo que escribir con sencillez es más
difícil, entonces el camino para alcanzarla es más tortuoso".
PARA
NADA
Trabajé
el aire
se lo entregué al viento:
voló, se deshizo,
se volvió silencio.
Por
el ancho mar,
por los altos cielos,
trabajé la nada,
realicé el esfuerzo,
perforé la luz
ahondé el misterio.
Para
nada, ahora,
para nada, luego;
humo son mis obras,
cenizas mis hechos.
…Y
mi corazón
que se queda en ellos.
Ángel González (1925-2008)
Os animo a visitar el enlace a "Para que yo me llame Ángel González"
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