SEMANA DEL 26 DE MAYO AL 1 DE JUNIO
Esta semana, como se celebra la Feria de Córdoba, queremos dedicarle este poema, que en realidad es prosa poética a todos aquellos que disfrutan y viven la Feria.
Se trata de un autor de principios del siglo XX, pero algunas realidades pueden resultarnos familiares.
I
-
- Días de Mayo, alegres, bulliciosos, en que el cielo se extiende sobre la ciudad en un
- añil intenso, y el sol cae ardoroso derramado flecos de luz en las mañanas aromadas de
- acacias
-
- Córdoba está en fiestas. Sonríen las rosas de sus jardines, sonríen sus hermanas en la
- tierra: las mujeres, y sus labios son capullos rojos, sensualmente rojos...
-
- Vemos la extensa pradería invadida de ganado, que serpentea en el fondo entre recodos
- oscuros, blancos, cenicientos... Tipos castizos, con el junquillo en la mano, trazan
- arabescos en el aire, mientras cierran su tratos...
-
- Y desfilan jinetes en caballos postineros entre el rítmico repiqueteo de elegantes
- jaquillas montadas por aristocráticas amazonas coronadas con chambergo cordobés.
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
- Ambiente calcinado; tardes de toros; aliento de mujeres, movimientos perfumados,
- enervantes. En los palcos, la policromía chinesca de los mantones; revuelos de abanicos,
- y claveles, entre las peinetas y sobre los senos que adivinamos bajo las sedas, con
- temblores ondulantes...
-
- Se impacienta el coso. Imterrumpe la música, y surge al ansiado cortejo de polichinelas
- vestidos de oroplata. Brama la fiera: relámpagueos de luces en los trajes dorados, y el
- toro se pega a los pliegues de un capotillo sedeño que maneja un estilista entre el
- clamor de los aplausos. Miles de pañuelos flamean en el aire, y las flores de
- las toilettes femeninas caen a los pies del triunfador.
-
- Después, como un apoteosis de vida, el desfile. La belleza de ellas sonriente, en los
- coches abierto, sobre las capotas; los pañuelos de sedosos flecos se ciñen besando la
- cintura cimbreante. Homenaje de piropos, el florilegio galante deshoja sus pétalos de
- admiración ante la mujer cordobesa...
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
- Noches de Mayo galanas y con amor. Jardines iluminados donde la arboleda mece su
- renacer florido entre la ilusión palpitante de los gallardetes que ostentan en triunfo
- la gama -rojo, gualda y morado- de sus estandartes.
-
- Ríe el baile en las típicas casetas. Hay humo de buñuelos y fuegos de verbena en
- surtidores de oro; vuelan los columpios con vuelos de risas, y se exhiben al desgaire
- las torneadas piernas.
-
- La orquestina del circo preludia un pasodoble; en las ondas del aire el saltimbanqui
- ejecuta, fugaz, sus piruetas, y al salto mortal resplandecen las lentejuelas.
-
- En la lámina azul de la noche, como una farola, la luna lunera. Y rasgueos de
- guitarras, y ecos de canción añeja.
-
- El nardo en la mata perfuma de sensualidad las noches morenas; entona su sintonía la
- Primavera... Juntas transcurren Juventud y Feria.
-
-
-
- Mayo 1931
- J. Alvariño
No hay comentarios:
Publicar un comentario