2022-2023
TERCERA SEMANA
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LUCES
LARGAS
Alvin
Schwartz(1981), Traducción de Alberto Jiménez Rioja(2003)
La muchacha que
conducía el viejo sedán azul estaba en el último curso del
instituto. Vivía en una granja a unos pocos kilómetros y usaba el
coche para ir y venir al pueblo.
Había
ido al pueblo esa noche para asistir a un partido de baloncesto. Y
ahora volvía a casa. Al alejarse del instituto notó que una
camioneta roja salía del aparcamiento al mismo tiempo que ella. Unos
minutos después seguía teniéndola detrás.
“Supongo
que vamos en la misma dirección”, pensó.
Empezó
a vigilar la camioneta por el retrovisor. Cuando aceleraba o frenaba,
el conductor de la camioneta aceleraba o frenaba. Cuando adelantaba
a un coche, también la camioneta lo hacía.
Entonces
la camioneta dio las luces largas, inundando su coche de luz. Las
dejó puestas durante casi un minuto. “Probablemente desea
adelantarme”, pensó. Pero se estaba poniendo nerviosa.
Normalmente
volvía a casa utilizando una carretera comarcal no demasiado
frecuentada. Pero cuando se metió por ella vio que la camioneta
también lo hizo.
“Tengo
que quitarme de encima la camioneta”, pensó y empezó a acelerar.
La camioneta dio las largas de nuevo; después de algunos segundos,
las apagó. Entonces empezó a darlas y a quitarlas, a darlas y a
quitarlas.
La
muchacha aumentó aún más la velocidad, pero el conductor de la
camioneta seguía pegado a ella. Volvió a dar las luces largas de
nuevo: una vez más el sedán azul se llenó de luz.
El
conductor de la camioneta apagó las luces largas, pero un minuto
después las había encendido otra vez y ahora las dejó puestas.
Cuando
la muchacha se metió por el camino que llegaba a su casa, la
camioneta la siguió de cerca. La muchacha saltó del coche y corrió
hacia la casa gritando:
--¡Llama
a la policía! ¡Llama a la policía! –gritaba a su padre.
Pudo
ver que el conductor de la camioneta se había bajado de ésta y que
empuñaba una pistola.
Cuando
llegó la policía, fueron a arrestarle pero él señalo al coche de
la muchacha y dijo:
--No
soy yo a quien quieren ustedes, sino a él.
Agachado
detrás del asiento del conductor había un hombre con un cuchillo.
El
conductor de la camioneta explicó que justo cuando la muchacha se
estaba disponiendo a arrancar el coche para volver a su casa un tipo
se coló dentro. Él lo vio, pero no había tenido tiempo de
intervenir. Pensó en avisar a la policía pero temía perder de
vista a la muchacha, así que la siguió.
Cada
vez que el hombre del asiento de atrás se levantaba con intención
de asesinar a la muchacha, el conductor de la camioneta daba las
largas y el delincuente se agachaba, temiendo que alguien pudiera
verle.
FIN
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